Cada vez es más fácil digerir que no todo fluye con mi corriente, sólo son surfers esporádicos.
Que ya sé que todos quieren y necesitan acorde a sus prioridades. Que son suyas, que las mías tampoco cambian por otros oleajes.
Lo que siempre se me va a quedar de mi clase de educación cívica en la primaria es la diferencia entre libertad y libertinaje. No voy a negar que siempre me atrajo más la segunda porque sonaba como patinaje y yo adoraba desde entonces el viento en mi cara, fue como un amor platónico.
Pasa que yo también me sé esa ruta, sé de dónde parte, el paisaje y por dónde acaba. Pasa que ya no me sorprende.
Pasa que me entiendo y me despego.
Pasa que te entiendo y no te acepto.