Cambié de talla no de vida.
"Somos procesos" tal vez monótonos, maravillosos u oportunistas, sin embargo vigentes.
Es como creer que aún estamos iniciando la década, quizá por eso me siento como en una segunda adolescencia. Quiero cosas, personas, ocasiones o simplemente un nuevo peinado para que en quince minutos descubra que tengo una carpeta con tatuajes que le harían juego, quiero marcarme.
Están allá afuera tratando de no tomar nada personal para demostrar que tan personal es su conexión con el cosmos, pointless. Me bajé del barco con más salvavidas de los necesarios.
Es raro saber que soy alguien en lo que nunca imaginé que podría convertirme y que seguiré por ese camino.
Sí quiero.
