Llegué temprano a mi clase, como siempre, mientras esperaba mi turno cabeceé y me quedé dormida por momentos.
De repente estaba en mi casa, leyendo la biblia a modo de guía, queriéndome anticipar a las siguientes etapas, estábamos en el apocalipsis. Recuerdo que leí todo lo que pude y comencé a correr; lo que seguía eran los días de completa oscuridad, sabía que tenía que encontrarte antes de que eso pasara, que no te iba a volver nunca más si no me daba prisa, quería estar contigo hasta el final. Todo se nubló y perdí mis pies, mis manos; me sentía flotando en la penumbra y me quedé sorda entre tantos gritos desesperados.
Me sentí terriblemente triste al saber que no te volvería a ver, que iba a morir con la sensación de no haberte amado tanto ni por tanto tiempo.
Estoy segura de que en ese momento me dolió el corazón y lo sentí vaciarse.
Sé que si remotamente llegara a pasar algo como esto, eso que sentí en mi pecho, no va a ser ni la décima parte de como lo sentiría en realidad.
martes, agosto 13
Paralelo
- 20:09