lunes, julio 29

Faith

Me diste miedo por entrar tan rápido, fue como si de repente un día olvidaras llamar a la puerta y sólo la cruzaras.
Me preocupó que te acomodaras tan bien aquí dentro, como si tu silueta embonara en los muebles de la casa, como si fueras lo único que faltara para pasar a filtros cálidos, me preocupó que después de un tiempo no te quisiera dejar ir.
Tuvimos muchos tiempos perfectos y otros tantos desfasados, como hoy, que no te quiero dar las llaves para que abras los candados, hasta pensé en decirte que me las había tragado.
Sé que sabes dónde las escondo, que puedes fingir demencia, que no olvidas que tenemos vigencia, como todo en la vida, somos finitos; también sé que quieres seguir aquí, por costumbre o no, nos aferramos al concreto.

Quiero bailar contigo pero, ahora, no me dejas oír tu canción. Cansado de recitarla para mí noche tras noche y de mis muecas con caprichos inoportunos, lo entiendo.

Pasa que quisiera volver el tiempo para revivir lo bonito y para cambiar tantos errores, pero es imposible y por eso me duele, sabes que cuando quiero hacer algo no descanso hasta lograrlo, sin embargo aquí no hay salida, no una buena. Es extraño como mamá siempre tuvo razón al decirme que mi carácter me iba a hacer llegar tan lejos como yo quisiera pero ni siquiera al parque con los que amo.

Cambiar porque nace hacerlo, no porque otros lo digan y esta vez lo siento venir desde el huequito de mis costillas.

¿Por qué hasta ahora? porque noté el deseo que tengo por saber de tí, de tu bienestar y de las ganas inmensas de estar a tu lado, que si en el pasado brincamos etapas para llegar a este cuarto hoy con toda seguridad sé que te amo y de tantas formas que no podía siquiera idealizar.

"Siempre vamos a estar flotando", sí y yo quiero estar a tu lado mientras tanto.


Deja que cante para tí ésta vez.